los amigos son como
una inversion en el banco
entre mas tiempos los tienes
mayor valor tendran

jueves, febrero 28, 2008

.........¿Papito... Cuánto me amas?


El día que mi Hija nació, en verdad no sentí gran alegría. Por que ladecepción que sentía parecía, ser más grande que el gran acontecimientoque representa tener una hija.¡Yo quería un varón!A los dos días de haber nacido, fui a buscar a mis dos mujeres,una lucía pálida y agotada y la otra radiante y dormilona.En pocos meses me dejé cautivar por la sonrisita de mi Carmencita y porla infinita inocencia de su mirada fija y penetrante, fue entoncescuando empecé a amarla con locura. Su carita, su sonrisita y su miradano se apartaban ni por un instante de mis pensamientos, todo seloquería comprar, la miraba en cada niño o niña, hacía planes sobreplanes, todo sería para mi Carmencita.Este relato era contado a menudo por Randolf, el padre de Carmencita yYo también sentía gran afecto por la niña que era la razón más grandepara vivir de Randolf según decía el mismo.Una tarde estaba mi familia y la de Randolf, haciendo un picnic a laorilla de un río cerca de casa y la niña entabló una conversación con supapá, todos escuchábamos: Papi,... cuándo cumpla quince años ¿Cuál Serámi regalo?-Pero mi amor, si apenas tienes diez añitos, ¿No te parece que faltamucho para esa fecha?Bueno papito,... tu siempre dices que el tiempo pasa volando, aunque yonunca lo he visto por aquí. La conversación se extendía y todosparticipamos de ella. Al caer el sol regresamos aNuestras casas.Una mañana me encontré con Randolf enfrente del colegio donde estudiabaCarmencita quien ya tenía catorce años. Randolf se veía muy contento yla sonrisa no se apartaba de su rostro. Con gran orgullo me mostraba lascalificaciones de Carmencita, eran notas impresionantes, ninguna bajabade diez puntos y los estímulos que les habían escrito sus profesoreseran realmente conmovedores, felicite al dichoso papá.Carmencita ocupaba toda la alegría de la casa, en la mente y en elcorazón de la familia, especialmente en el de su papá.Fue un Domingo muy temprano cuando nos dirigíamos a misa, cuandoCarmencita tropezó con algo, eso creíamos todos y dio un traspié, supapá la agarró de inmediato para que no cayera...Ya instalados en laiglesia, vimos como Carmencita fue cayendo lentamente sobre elbanco ycasi perdió el conocimiento.La tomamos en brazos, mientras su papá buscaba un taxi hacia elhospital.Allí permaneció por diez días y fue entonces cuando le informaron que suhija padecía una grave enfermedad que afectaba seriamente su corazón,pero no era algo definitivo, qué debía practicarle otras pruebas parallegar a un diagnóstico firme.Los días iban pasando, Randolf renunció a su trabajo para dedicarse alcuidado de Carmencita, su madre quería hacerlo pero decidieron que ellatrabajaría, pues sus ingresos eran superiores a los de él.Una mañana Randolf se encontraba al lado de su hija, cuando ella lepreguntó:-¿Voy a morir, no es cierto? ¿Te lo dijeron los doctores?-- No mi amor...no vas a morir, Dios que es tan grande, no permitiríaque pierda lo que más he amadosobre este mundo, respondió el padre.-¿Van a algún lugar?¿Pueden ver desde lo alto a su familia?¿Sabes si pueden volver? preguntaba su Hija.- Bueno hija,... en verdad nadie ha regresado de allá a contar algosobre eso, pero si yo muriera, no te dejaría sola, estando en el masallá buscaría la manera de comunicarme contigo, en última instanciautilizaría el viento para venir a verte.-¿Al viento? ¿Y cómo lo harías?-No tengo la menor idea hijita, solo sé que si algún día muero, sentirásque estoy contigo, cuando un suave viento roce tu cara y una brisafresca bese tus mejillas.Ese mismo día por la tarde, llamaron a Randolf, el asunto era grave, suhija estaba muriendo. Necesitaban un corazón, pues el de ella noresistiría sino unos quince o veinte días más. ¡UN CORAZÓN!¿DóndeHallar un corazón?¡Un corazón!-¿Dónde Dios mío?Ese mismo mes, Carmencita cumpliría sus quince años. Y fue el viernespor la tarde cuando consiguieron un donante, una esperanza iluminó losojos de todos, las cosas iban a cambiar.El Domingo por la tarde ya Carmencita estaba operada, todo salió comolos médicos lo habían planeado. ¡Éxito total! Sin embargo, Randolftodavía no había vuelto por el hospital y Carmencita lo extrañabamuchísimo, su mamá le decía que ya todo estaba muy bien y que su papitosería el que trabajaría para sostener la familia.Carmencita permaneció en el hospital por quince días más, los médicos nohabían querido dejarla ir hasta que su corazón estuviera firme y fuertey así lo hicieron.Al llegar a casa todos se sentaron en un enorme sofá y su mamá conlosojos llenos de lágrimas le entregó una carta de su padre:"Carmencita, hijita de mi corazón: Al momento de leer mi carta, ya debestener quince años y un corazón fuerte latiendo en tu pecho, esa fue lapromesa que me hicieron los médicos que te operaron. No puedesimaginarte ni remotamente cuanto lamento no estar a tu lado en esteinstante.Cuando supe que ibas a morir, decidí dar respuesta a una pregunta que mehiciste cuando tenias diez añitos y a la cual no respondí. Decidíhacerte el regalo más hermoso que nadie jamás haría por mi hija... Teregalo mi vida entera sin condición alguna, para que hagas con ella loque quieras.¡¡Vive hija!!¡¡Te amo con todo mi corazón!! "Carmencita lloró todo el día y toda la noche; Al día siguiente fue alcementerio y se sentó sobre la tumbade su papá; lloró como nadie lo hahecho y susurró:" Papi,... ahora puedo comprender cuanto me amabas yo también te amaba yaunque nunca te lo dije, ahora comprendo la importancia de decir "TeAmo" y te pediría perdón por haber guardado silencio tantas veces ".En ese instante las copas de los árboles se mecieron suavemente, cayeronalgunas hojas y florecillas, y una suave brisa rozó las mejillas deCarmencita, alzó la mirada al cielo, intentó secar las lagrimas de surostro, se levantó y emprendió regreso a su hogar.

1 comentarios:

Unknown dijo...

Hola...triste la historia, pero linda...saludos!!

quieres una bolsa de mensajes?? jajaja

Tetracampeon.